Collado: El Portero del Silencio en la Cantera del Real Madrid
COLLADO – portero Real Madrid, nacido en 1933, es uno de los muchos nombres olvidados que formaron parte de la historia del Real Madrid Juvenil B. Su paso por el club durante la temporada 1950-1951, en la que compitió en el Campeonato de Castilla (Grupo 2), lo situó como uno de los porteros más prometedores de la cantera blanca. Aunque su carrera no quedó registrada de manera extensa, lo poco que se sabe de su trayectoria refleja la esencia de aquellos jóvenes que trabajaron incansablemente en la sombra, con la esperanza de algún día brillar en el fútbol profesional.
Los Primeros Pasos de Collado en el Fútbol
Desde niño, Collado mostró una habilidad innata para el fútbol. Al crecer en los barrios de Madrid, su figura pronto se destacó no como delantero o centrocampista, sino como portero. En aquellos tiempos, ser el guardián de la portería implicaba una responsabilidad aún mayor que hoy en día. Los guantes de portero no eran como los actuales, ni tampoco el estilo de juego tan centrado en la construcción desde atrás. El trabajo del arquero era puro instinto, reflejos rápidos y la capacidad de aguantar la presión durante los momentos cruciales del partido.
Collado siempre tuvo una presencia destacada en los torneos locales juveniles. Su estilo, basado en la concentración y la capacidad para anticipar los disparos rivales, lo convirtió en una opción natural para ser parte de la cantera del Real Madrid. Fue así como, en 1950, ingresó al Real Madrid Juvenil B, un equipo que competía en el Campeonato de Castilla, una liga regional muy exigente para la época.
El Real Madrid Juvenil B: Un Escenario de Talento
El Real Madrid Juvenil B de la temporada 1950-1951 estaba compuesto por una plantilla de jugadores talentosos que aspiraban a llegar al primer equipo. Bajo la dirección del entrenador Carlos Sorasu y el apoyo del delegado Manuel Pardiña, el equipo se preparaba para competir en el siempre duro Campeonato de Castilla. Collado se unió a otros diecisiete jugadores, entre ellos López, Segovia, Molina, Arbó, Serrano, Ramos, Blanes, Valera, Monasterio II, Pareja, Villasón, Hernández, Perrín, Martín, Arévalo y Mata (Ángel Mata Zofio).
La figura del portero era fundamental para cualquier equipo, y Collado entendió desde el principio que su puesto requería más que reflejos rápidos. Necesitaba disciplina, coraje y, sobre todo, una mentalidad férrea para resistir la presión constante de los rivales. Aunque el equipo no siempre era el centro de atención en los medios, el trabajo dentro del campo era arduo. El objetivo era claro: ganar el Campeonato de Castilla y demostrar que el futuro del Real Madrid estaba en buenas manos.
La Lucha en la Portería
El rol de Collado como portero en el Juvenil B no fue fácil. La competencia dentro del equipo era feroz. Aunque era el titular en muchos de los partidos, sabía que cualquier error podría costarle su posición en el equipo. Collado tenía que lidiar con la presión de ser el último hombre en defensa, el encargado de evitar que los errores de los demás jugadores resultaran en goles del equipo contrario.
Su estilo de juego era clásico para la época. Los porteros de los años 50 no se aventuraban tanto fuera de su área como lo hacen hoy. Collado se centraba en mantener su posición bajo los tres palos, confiando en su capacidad para detener disparos desde corta y larga distancia. Uno de sus mayores atributos era su valentía en el mano a mano, donde, a pesar de su juventud, no dudaba en lanzarse a los pies de los delanteros rivales.
La Competición en el Campeonato de Castilla
El Campeonato de Castilla era una de las competiciones más difíciles para los equipos juveniles. Equipos de toda la región competían por demostrar quién tenía la mejor cantera. Para el Real Madrid Juvenil B, ganar este campeonato era un paso crucial hacia el éxito. Cada partido era una batalla, y Collado tenía que estar siempre preparado para enfrentar los ataques de los equipos rivales.
Los campos en los que jugaban no siempre eran los mejores. A menudo, el estado del terreno de juego no era favorable para los porteros. El barro, los baches y las irregularidades del campo podían complicar la tarea de detener un disparo o incluso de controlar el balón. Sin embargo, Collado nunca puso excusas. Sabía que su trabajo era proteger la portería, sin importar las circunstancias.
Un Portero Silencioso pero Eficaz
A lo largo de la temporada, Collado se fue consolidando como un portero seguro y confiable. Aunque no era el jugador que más destacaba por su carisma o presencia en el campo, su estilo discreto le ganaba el respeto de sus compañeros. No era de los que gritaban órdenes a sus defensores, pero su liderazgo se reflejaba en la tranquilidad que transmitía. Sabía que la confianza era clave para ser un buen portero, y Collado no permitía que los errores lo afectaran.
El equipo, con Collado en la portería, tuvo actuaciones memorables. Aunque no todos los partidos fueron victorias, el Real Madrid Juvenil B mostró un fútbol competitivo y de alta calidad. La labor de Collado en los momentos más tensos de los partidos fue crucial para mantener la solidez defensiva del equipo.
El Futuro de Collado: Una Carrera Llena de Incertidumbres
Como muchos jugadores de su época, el destino de Collado después de su tiempo en el Real Madrid Juvenil B es incierto. No existen registros claros de si continuó su carrera en el fútbol profesional o si decidió tomar otro camino fuera de los terrenos de juego. Lo que sí es seguro es que su paso por la cantera del Real Madrid dejó una marca en su vida.
Para Collado, haber defendido la portería del Real Madrid, aunque fuera en las categorías inferiores, era un logro que pocos podían alcanzar. La disciplina, el sacrificio y el compromiso que mostró durante su tiempo en el equipo juvenil eran un reflejo del espíritu que se requería para formar parte de un club tan prestigioso. Aunque su nombre no figure en los libros de historia del fútbol, aquellos que lo vieron jugar saben que Collado fue un portero de gran calidad.
El Legado de Collado en la Cantera
La historia de Collado es la de muchos otros jóvenes que pasaron por la cantera del Real Madrid y no alcanzaron la fama. Sin embargo, su contribución fue esencial para mantener el nivel competitivo del club en su categoría. En una época en la que el fútbol juvenil no recibía tanta atención mediática, Collado y sus compañeros trabajaban duro cada día, luchando por sus sueños en los campos de Castilla.
Su historia es un recordatorio de que el éxito en el fútbol no siempre se mide en trofeos o en reconocimiento público. Para Collado, haber sido parte del Real Madrid Juvenil B fue un logro personal y una experiencia que probablemente moldeó su carácter dentro y fuera del campo.
Real Madrid Juvenil B : CAMPEONATO DE CASTILLA (Grupo 2)
Plantilla de 18 jugadores : López, Segovia, Molina, Arbó, Serrano, Ramos, Blanes, Valera, Monasterio II, Pareja, Villasón, Hernández Perrín, Martín, Arévalo, Collado, MATA (Ángel Mata Zofio).
1950-1951 Real Madrid Juvenil B
Arriba, Sr. Carlos Sorasu (entrenador),, Sr. Heliodoro Ruiz Arias (jefe de la sección), Sr. Manuel Miguel (delegado)
